Parece ser que desde muy antiguo, los humanos hemos trabajado con modelos de arquitectura a escala. Bien por su uso funerario, de divertir a los antiguos señores en su vida de ultratumba, bien para reproducir ambientes que habían sido familiares al difunto, los modelos de terracota de arquitectura a escala, nos han dejado constancia y son fuente de información valiosísima, de como era su arquitectura, ya que las propias obras han desaparecido. Entre todas ellas, destacan los megara griegos en miniatura, las maquetas antiguas americanas, las mesopotámicas y egipcias, o las representaciones de terracota chinas. Existe una de ellas, que se remonta al siglo V a.C. y está realizada en bronce que es nuestra preferida. Se trata de una sencilla habitación, que contiene dos cantantes y cuatro músicos tañendo sus instrumentos. En la era de los reinos combatientes, nace la casa de muñecas!
El juego efímero, con piezas de madera para la construcción, y la modelización informática de dichas construcciones sirve de base para la abstracción de los volúmenes. La destrucción y reconstrucción de los equilibrios de formas básicas , y la gravedad, como elemento principal del asunto, ayudan a entender las leyes que imperan en las propias formas arquitectónicas.
Nosotros también hemos querido jugar a muñecas con nuestros arquitxikis, y resolver la comprensión de los espacios en los que nos desenvolvemos sobre maquetas. La recreación de la sala y la translación de nosotros mismos, con pequeños figurines, inducen al juego fácil y preparan la mente para el entendimiento de la medida y la escala de los espacios y las cosas que contienen.
Para la introducción al mundo en medidas, comenzamos con la creación de un pequeño figurín, que contenga las medidas propias de los talleristas, para lo que habrán de familiarizarse con el instrumental de medida (cintas métricas y escalímetros). Cada arkitxiki es miniaturizado a escala: 1/10 como si hubiesen sido disminuidos por un brebaje de los de Alicia en el País de las Maravillas.
Y como de muestra sirve un botón, en los últimos minutos de taller, invertimos el proceso y localizamos en el espacio, unas formas geométricas referidas a un plano, que nos ayudaron a aumentar de escala, y volver a utilizar la herramienta de manera inversa. Esta semana repartimos lápices, reglas y cuadernillos, con la ilusión y la esperanza de que croquicen sus dormitorios y poder así hacer de sus vidas, un mundo a medida.
